jueves, abril 27, 2006

Despertares

Creo que la primera vez que empecé a tener conciencia del sexo tendría alrededor de 11 años. Había ido con mi familia al carnaval de río. Estaba con mi viejo caminando por la calle y de pronto apareció como una escola de samba pero más de barrio, no las de las carrozas y el sambódromo. Paramos a mirar y pasaron varios grupos bailando en parejas. Había unos todos vestidos de indios, con taparrabos. Entre ellos, un negro que bailaba con un minón y se veía que el tipo no tenía nada abajo. Entonces me acerqué a mi viejo y le dije: "mirá ese negro en bolas, está loco". Mi viejo se cagó de risa y contestó: "No, no está loco, está en bolas nomás".

Habíamos alquilado una casa bastante grande. Una noche mi viejo y mi tío salieron a dar una vuelta y mi vieja se quedó cuidándonos a mis hermanos y a mí. Cuando volvieron, tardísimo, escuché desde mi cuarto cómo se gritaban. Mi vieja decía: "te fuiste de putas, te conozco, y yo como una boluda cuidándote los nenes".

Otro día, con mi hermano, hurgando en la biblioteca de la casa nos topamos con un librito de historietas pornos. Los dibujos eran perfectos y las historias muy calientes, todavía me las acuerdo. Fue la primera vez que me puse cachondo. Ahí empecé a sobarme mi pijita preadolescente con las dos manos. Pero esa es otra historia. De regreso en buenos aires, en el colegio y espiando a mi hermana y las amigas cuando se cambiaban, aprendería muchas cosas más. Y así abrazaría una vocación y un proyecto de vida que mantengo hasta el presente: masturbarme sin pausa por el resto de los días.
Web Counter
Free Hit Counter