Envidia

Envidio a los que trabajan en algo que los apasiona.
Envidio a los que trabajan desde su casa.
Envidio a los que no tienen jefe.
Envidio a los que no tienen horario.
Envidio a los que tienen un laburo de mierda pero se van a las 6 de la tarde.
Envidio a los que no laburan.

Envidio a los que no necesitan chamuyar para levantar minas.
Envidio a los que se garchan a la amiga o a la hermana de la novia.
Envidio a los que se cagan en todas las minas.
Envidio a los que cagan a todas las minas y nunca los pescan.
Envidio a los que cagan a su mina y no les da culpa y los perdonan siempre.

Envidio a los que juegan bien al fútbol.
Envidio al que te hace la pisadita y te deja dando vueltas como un trompo.
Envidio al que te tira un caño y lo revoleás por el aire y encima te rajan.
Envidio al que la clava en el ángulo y corre y festeja y todos lo abrazan.
Envidio al que le dedica el golazo a la diosa que lo mira desde afuera.
Envidio al que siempre elegían primero en el pan y queso.

Envidio a los que tienen oratoria y saben discutir y siempre te cagan.
Envidio a los que mechan palabras difíciles que no entiendo y después busco en el diccionario.
Envidio a los que escriben lo que me hubiera gustado escribir a mí.
Envidio a los que les publican cualquier cosa y siempre son geniales.
Envidio a los que escriben y escriben y escriben y escriben y nadie sabe de qué carajo viven.
Envidio a los que leyeron todo de todos y encima se acuerdan.

Como verán, no soy un tipo tan envidioso. No envidio, por ejemplo, otros blogs, aunque éste no lo lea nadie. Es más, podría hacer miles de cosas para parecerme a aquéllos que envidio y así dejar de envidiarlos. Pero la verdá es que soy un pajero...