Amigos para qué

Finalmente, después de tirarnos con tutti durante casi una semana, somos amigos otra vez. Nos dijimos varias cosas y nos fundimos en un fraternal abrazo. No sé qué carajo va a pasar de ahora en más. Dijiste que no querés que mezclemos las cosas, que el laburo y la mar en coche. Qué se yo. Es que me limaste un poco la gorra, pendeja. Me diste a chupar tus tetas y de pronto te pintó que querés portarte bien. Si tu novio fue, es y será un cornudo, no hay vuelta que darle. Y sospecho que te estás comiendo al enano ese que te entrena en el gimnasio. Mmmm, ¿no? No me queda tan claro. Bueno, no sé si te voy a coger como tantas veces lo imaginé. No sé si me la vas a chupar semi profesionalmente como prometiste alguna vez. Por lo pronto, como dijo Miguel Abuelo: yo cierro los ojos y veo tu cara. Y esta noche te voy a dedicar una paja monumental. Que así sea.